La Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (RESCOP), compuesta por 40 ONG y organizaciones propalestinas, ha emitido un comunicado en el que muestra su “sorpresa” por la nueva visita del artista de Úbeda a Israel, ya que entiende que, pese el revuelo pasado y la información que le hicieron llegar, “ha decidido mirar para otro lado de forma descarada”. Le ruegan que escuche a las casi 6.000 personas que, en 2012, ya se mostraron contrarias con su actuación, y le piden, además, que tome conciencia del “momento crítico” que se vive en la zona en estos días, con tres chicos israelíes secuestrados en Cisjordania y una operación especial para rescatarlos que ya deja cinco civiles palestinos muertos y más de 300 detenidos.
Sabina no dará un concierto completo, sino que participará como invitado en la presentación de Love medicine, el nuevo disco de Noa, la cantante más internacional de Israel. Achinoa Nini, que es como verdaderamente se llama la artista, ya había grabado junto a Serrat –un éxito su dueto Es caprichoso el azar– y hace dos años compartió escenario con los dos cantantes españoles en la gira Dos pájaros contraatacan. Allí conoció a Sabina. Como cuenta en una carta distribuida estos días, entre ellos hubo una “química inmediata”, que cuajó en una visita de Noa y su esposo, el compositor Gil Dor, a su casa de Madrid. “Quedamos deslumbrados”, insiste la israelí. De camino a su concierto en Santiago de Compostela, decidió escribir una canción para Sabina. Luego él se comprometió a traducirla y meses después se grabó, en inglés y en castellano, entre España e Israel. El tema, You-Tú. Vals de Joaquín y Noa, se incluirá en el próximo disco del autor deContigo. De momento, se escuchará a dos voces en el Museo de Tel Aviv el próximo día 24, ya que los organizadores confirman que “no ha habido alteración alguna de planes”.
Ya hace dos años, en la rueda de prensa conjunta con Serrat, Sabina justificó que no los había contratado el Gobierno de Israel y que venía “a leer, escuchar y aprender”. Serrat llegó a visitar Ramala, la capital administrativa de Cisjordania, y se reunió en España con portavoces de la campaña proboicoteo para escuchar su mensaje, pero decidió mantener su cita por “curiosidad” y porque había sido invitado por amigos como el cantautor David Broza o la propia Noa. El andaluz no cruzó la Línea Verde. Confesó que se había quedado en el hotel “leyendo a Amos Oz”, el Príncipe de Asturias de las Letras local.
El movimiento BDS, impulsado desde 2005 por la sociedad civil palestina y al que se le han sumado organizaciones como RESCOP, ya intentó a finales de mayo que el cantaor Diego El Cigala suspendiese su concierto en Ashdod, en la costa israelí, sin éxito. Un caso similar ocurrió con Julio Iglesias o José Mercé. Aunque los críticos no han logrado frenar a los Rolling Stones, Prodigy o Justin Timberlake en los tiempos más recientes, justo esta semana se ha conocido que la irlandesa Sinead O´Connor quiere anular su show de septiembre en Cesarea, tras reunirse con miembros de la campaña. “Estuve de acuerdo en actuar porque no era consciente de que tal boicoteo se me había solicitado. Si lo hubiera sabido, no habría estado de acuerdo. Tal como están las cosas ahora, he pedido que nos retiremos, pero no sé si podré hacerlo legalmente”, ha informado en un comunicado.
Este intento de aislar a Israel hasta en el flanco cultural se ha visto refrendado en estos años por estrellas como los actores Kenneth Branagh y Susan Sarandon o los músicos Carlos Santana y Elvis Costello. Sin embargo, el propio presidente palestino, Mahmud Abbas, se ha mostrado crítico con este movimiento, ya que defiende que solo hay que limitarlo al comercio con los asentamientos ilegales en su territorio.
La mayor polémica generada hasta ahora por el BDS fue su solicitud a la actriz Scarlett Johansson de que renunciase a ser la imagen de la firma SodaStream, una marca israelí de máquinas para fabricar refrescos caseros que tiene su fábrica en Maale Adumim (Cisjordania), una colonia. Ocurrió en enero. La intérprete se negó y acabó incluso rompiendo con la ONG Oxfam, para la que había trabajado como embajadora de buena voluntad durante ocho años, muy crítica con la ocupación.
Fuente: El país