“Había gente que quería conocerlo más, por eso publicamos el libro, para compartir con ustedes”… Pausa. Respira. Bebe agua. Pausa. Entonces, sostenida en un afafán, en la energía abierta que brota desde el piuke, Catalina Catrileo, se impulsa para terminar su idea evidenciando la rabia, la impotencia, el pudor y el profundo dolor que siente con la infinita ausencia de su hermano Matías. Tras unos minutos, el auditorio retoma el silencio y el piuke de Catalina llena el espacio de palabras sostenidas por la gente de la tierra.
En medio de un huracán de intensidades, emociones y un profundo tajo abierto que agrieta hasta la tierra, este martes 27 de mayo se realizó el segundo lanzamiento del libro El abrazo del viento, publicado por Editorial Quimantú (el primer lanzamiento se realizó en Temuco el 3 de enero). Una recopilación póstuma de 23 poemas de Matías Catrileo Quezada, joven mapuche asesinado por Carabineros en medio de una recuperación territorial cerca de Temuco, y que contó con la participación de destacados poetas mapuche, del historiador Fernando Pairicán, de la familia Catrileo Quezada y del cantante Roberto Márquez, del grupo Illapu. La lectura de los poemas de Matías lo trajo a la vida… al menos, eso pareció unos instantes.
“Hubiésemos preferido que Matías estuviese vivo y que no hubiera muerto”, abrió las palabras el historiador mapuche, Fernando Pairicán, en la extensa jornada de lanzamiento del poemario de Matías Catrileo titulado “El abrazo del viento” ante un auditorio lleno en la Universidad Arcis. Y continuó “esto porque el dolor que ha causado lo veo en los ojos de la familia”.
Así, Pairicán explicó que Matías era una persona común y corriente, “que no nació para ser héroe, y es justamente eso lo interesante”. Luego, relató los caminos que Matías recorrió en su vida y lo contextualizó con las demandas históricas que tiene el pueblo mapuche, principalmente la autonomía, la propuesta de un Estado pluricultural, plurinacional, pensando desde la descolonización.
Como Matías entendió en un momento que salir de la opresión era buscar la autonomía, eligió la recuperación territorial, y justamente esas tierras donde él murió “son tierras que hoy día están en manos mapuche, (construyendo) autonomía desde la práctica”, señaló Pairicán.
La idea de la recuperación territorial ha perdurado en la nación mapuche por más de cien años, aseguró el historiador mapuche, ha sido un continuo, que, aunque ha tenido sus rupturas, también hay continuidades ya que “es impensable que la tierra no sea la demanda central del movimiento mapuche… la tierra, el territorio es la base de la autonomía, por eso es y será la demanda más importante del movimiento mapuche”, aseguró Pairicán.
Lo publicamos para reflexionar qué hacemos día a día
Por su parte, la hermana de Matías, Catalina Catrileo, emocionada explicó que “los poemas los fuimos encontrando después que falleció. No sabíamos que escribía y estaban repartidos por todo el Wallmapu. Nos enteramos cuando comenzamos a revisar sus cosas… Da pudor, porque son cosas personales, pero había gente que quería conocerlo más y por eso publicamos el libro…”. Pausa. Respira. Bebe agua. Pausa. Entonces, sostenida en un afafán, en la energía abierta que brota desde el piuke, Catalina Catrileo, se impulsa para terminar su idea evidenciando la rabia, la impotencia, el pudor y el profundo dolor que siente con la infinita ausencia de su hermano Matías. Tras unos minutos, el auditorio retoma el silencio y el piuke de Catalina llena el espacio de palabras sostenidas por la gente de la tierra.
Entonces Catalina continúa que se lanza el libro para “compartir con ustedes quién fue Matías, qué pensaba, qué sentía, sus amores, su amor, su rabia y su esperanza. Y queremos que se difunda para que reflexionemos para dónde vamos y qué hacemos con nuestro alrededor cada día”.
El joven mapuche que versea en papelitos
Por parte de Editorial Quimantú, el poeta Mauricio Torres, narró cómo la familia se acercó con la idea de publicar los poemas, sin embargo, “lo particular es que su autor no estaba presente”, y agregó que el título del libro El abrazo del viento, “recoge una cantidad de espejismos y humanidad que contiene el pueblo mapuche”.
Mauricio explicó que “estamos hablando de un joven mapuche que versea en papelitos, cuadernos, en los caminos que lo guiaron, en las soledades con sus propias alegrías y sueños. Y no solo mapuche, sino también poeta. A estas alturas ya lo debe saber, que aclara cada madrugada a otro ser que lo lee, que da esperanzas y fuerzas con sus sonidos”.
Pero ¿qué pudo haber motivado a Matías Catrileo a escribir poesía?, preguntó el poeta e intentó responder: “de palabras de él no lo sabemos, pero quien haya alguna vez escrito un verso, una metáfora, un poema, puede alcanzar mínimamente a entender qué se siente cuando se encuentra parte de la verdad que nos rodea y circunda como universo”.
Torres jugó entonces con los versos del poeta Matías explicando que “si él logró entender que toda la esperanza del mundo / se traduce en un niño ciego que busca la libertad es que más de alguna cosa tenía clara. Si en la privacidad de él, consigo mismo, nos dijo recuérdame que esa es mi lucha, mi razón, esa y solo esa es que su humanidad se esparcía por los aires. Si comprendió cuando dice la libertad mueve a mi pueblo / el amor mueve montañas que nada que esté detenido logrará vivir, es que se conectó desde este arte milenario que es la poesía, con todo y cada una de las materias que viven y conviven con él y con nosotros”.
Entonces, Matías “nos permite saber que no estamos solos y que todo lo que nos rodea es poesía”, concluyó el poeta de Quimantú, iniciándose de esta manera la lectura de los versos de El abrazo del viento.
Ahora tu poesía es de todos nosotros
Importantes referentes de la poesía mapuche dieron lectura a diferentes poemas de Matías. María Inés Hueluñir abrió las palabras haciendo un homenaje con la lectura de un trabajo propio titulado “Volveré a mi camino”. Luego, las páginas de El abrazo del viento vibraron en el piuke.
Graciela Huiñao, agradeció a Matías por compartir estos versos “que ya no son suyos, sino de todos nosotros”, y, en una ola de emociones inició la lectura del poema “Murió esta canción”. Luego, la poetisa Eliana Pulquillanca pidió permiso a Matías para “interpretar tu pensamiento, tu kimün” y leyó “Ellas son las mujeres” y “Toda la tierra está viva”.
Finalmente, Gastón Tranamil, abrió sus palabras dando gracias por “esa fuerza que está en todo el universo, en nosotros. Pues Matías, más que un guerrero, es un humano que está en permanente renovación y ese es el verdadero guerrero”. Luego explicó que la muerte necesariamente hay que resignificarla con la inmortalidad, “hasta la última partícula, pues partimos de aquí, pero seguimos.”
El poeta profundizó en que “estamos en constante crecimiento espiritual. La espiritualidad no es lo que se lee, es hacer, es caminar, es lo que hacemos… el final, está siendo el comienzo”, concluyó e interpretó el poema “Te recuerdo amor que te amo”.
Esos otros Matías
La madre de Matías, Mónica Quezada, tomó la palabra para difundir de “esos otros Matías” que están en el sur, que estuvieron en huelga de hambre. “Pues el afán de libertad no era porque sí, es porque somos libres como la naturaleza, pero nos vamos sumergiendo y vamos perdiendo esa libertad”, reflexionó, al tiempo que hizo un llamado a informarse y solidarizar con las comunidades del Wallmapu.
Recordó el reciente allanamiento que sufrió la Comunidad de Temucuicui, el caso de Celestino Córdova, y llamó a la conciencia “para unirnos en conciencia, informarnos, para ser libres y no ser uno más del sistema”.
El padre de Matías, Mario Catrileo, agradeció a cada uno de los que hizo posible el libro y el lanzamiento afectuosamente.
Finalmente, la extensa jornada terminó con la música de Roberto Márquez, del grupo Illapu, quien interpretó la canción Biobío, que es un poema de Elicura Chihuailaf, y Nuestro mensaje, de Marino Coliqueo.
Por: Javier Karmy
Audio: Sergio Millamán