Los grandes empresarios de afirman que los sistemas de fiscalización funcionan y que deberían imponer estas medidas al sector de la pesca artesanal para proteger los recursos marinos. Sin embargo, sus dichos son criticados por los pescadores quienes denuncian que las empresas fiscalizadoras son contratadas por las propias compañias pesqueras. La discusión se da mientras el parlamento discute un proyecto para terminar con la dañina pesca de arrastre para capturar Jibia. En la fotografía aparece Héctor Bacigalupo quien defiende los intereses de los industriales.
Luego que fuera aceptada por votos la moción del diputado del Partido Comunista Daniel Núñez y del democrata cristiano Víctor Torres, quienes buscan establecer la línea de mano y/o potera como el único arte de pesca para capturar la jibia, representantes de la patronal Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca) alzaron la voz para defender lo que a su juicio, serían sus justos derechos.
El actual presidente de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), Luis Felipe Moncada, argumentó que la iniciativa carece de sentido si se considera que gran parte del fraccionamiento está destinado al rubro artesanal (80%) y que, de aprobarse, significaría el término de las operaciones industriales en dicha pesquería.
Por su parte, la Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca) se manifestó sorprendida ante la moción de los diputados Núñez y Torres, quienes buscan modificar la Ley Nº 18.892 General de Pesca. El diputado Núñez defendió su propuesta indicando que “ busca asegurar que un recurso como la jibia, que ha sido fundamental para la pesca artesanal, pueda explotarse en forma sostenible”.
Jibia: Un mismo recurso, distintas visiones e intereses
En este sentido, el gerente general de la Sonapesca, Héctor Bacigalupo, señaló que esta moción partiría de premisas equivocadas. “Las discrepancias frente a la captura de la jibia surgen por un problema de mercado que nada tiene que ver con la conservación. La jibia tiene un mercado global muy grande, en el cual son actores relevantes Argentina y Perú, así como los barcos factoría chinos y coreanos, y cuando estos países capturan mucho su jibia, los mercados son copados y hacen caer los precios, afectando la operaciones en Chile, sin que nuestro país pueda hacer algo al respecto”.
El gerente general de Sonapesca dijo que más que una preocupación por la situación de la pesquería de la jibia, pareciera que alguien pretende dejar a la industria fuera del mercado a través de prohibirle capturar con sus medios tradicionales, “lo que sería absolutamente ilegítimo, además de no medir las consecuencias sociales, tanto en el empleo que genera la industria como en el poder de compra que ofrece a los mismos artesanales. y que con esta medida desaparecería, perjudicando además a quienes busca favorecer”.
Sonapesca ironiza frente al sector pesquero artesanal
Bacigalupo, quien paradojalmente cuando trabajaba como funcionario de la Subsecretaría de pesca fue parte de un proyecto de apoyo italiano a la Confederación Nacional de Pescadores Aresanales (Conapach), señaló que “si se busca proteger a la jibia, se debe establecer una cuota determinada para cada sector y asegurarse que se cumpla”.
En este sentido indicó sibilinamente que la industria contaría “con certificaciones en las descargas que permiten acreditar exactamente los desembarques, posicionador satelital las 24 horas y observadores a bordo de sus naves. Todas estas medidas contribuyen tanto a la generación de conocimiento como al control de las medidas. Si realmente existe preocupación por la conservación de la jibia, tal vez el proyecto de ley podría ampliar estas medidas al sector artesanal, contribuir a financiar más investigación y apoyar las actividades de fiscalización del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura y la Armada para combatir la pesca ilegal”, concluyó el gerente general de la Sonapesca.
Desmientes aseveraciones de Sonapesca
Respecto al control que según Bacigalupo existiría para el sector industrial, los pescadores desmienten tal aseveración. Afirman que quienes fiscalizan son empresas privadas contratadas por las propias compañías pesqueras y que el tema de la fiscalización sigue siendo un chiste aceptado por el Estado.
Gino Bavestrello del Condepp afirmó a Ecoceanos News que “la cuestión de fondo es necesario terminar con la pesca de arrastre. Toda la sobreexplotación ha sido causada por la industria pesquera y cuando usa pesca de arrastre además de sobreexplotar, destruye el ecosistema marino”.
“La pesca de Jibia debería ser exclusivamente con línea de mano y no con pesca de arratre, lo mismo que otras pesquerías como la merluza. Y no se debería destinar estas capturas a la harina de pescado como actualmente lo hacen los industriales. Es decir la industria sobreexplota, destruye el ecosistema y orienta sus capturas a la harina de pescado lo cual es todo un círculo de destrucción de la soberanía alimentaria y del mar”, afirmó Bavestrello.
Las burlas a la fiscalización.
Los pescadores artesanales afirman que en el puerto de Talcahuano la naves arrastreras industriales están enviando los desembarques de jibia a la producción de harina de pescado. Todo esto ante la pasividad de las empresas certificadoras y las autoridades regionales de pesca.
Las empresas aprovecharían las horas de la noche, donde no existen funcionarios públicos fiscalizando, para realizar descargas de jibia mediantes yomas hacia las plantas de procesamiento de harina de pescado.
Los pescadores afirman que las capturas de jibias que se ubican bajo la parte superficial de las bodegas de los barcos, dado el gran peso que soportan, no son aptas para el procesamiento destinado al consumo humano.
Fuente: Ecoceanos