Cuando el Rally Paris-Dakar llegó a Chile el año 2009, se realizaron protestas afuera de Chiledeportes. Organizados en la Red de Acción por la Justicia Ambiental y Social (RAJAS), diversas ONGs y grupos ambientalistas reclamaron a Jaime Pizarro, entonces Subsecretario de Deportes, por la destrucción que se anunciaba tras la llegada de esta competencia de tuercas. Sin embargo, aún con acciones judiciales interpuestas en los años venideros las tuercas pasaron durante seis años y solo la naturaleza dio la excusa al gobierno para detener la carrera más intensa del mundo.
El Rally Paris-Dakar, como se llamaba originalmente, salía de África debido al llamado “terrorismo” y la inseguridad que les producía a la competencia, dijeron los organizadores entonces, tras un par de atentados que sufrieron en medio de la competencia.
Luego de no ser escuchadas las organizaciones que protestaron contra el Rally, y viendo cómo se destruyeron varios sitios patrimoniales, arqueológicos, y naturales, se presentó una acción judicial para detener la versión del año 2010. La acción fue presentada por Acción Ecológica, Fundación Patrimonio Nuestro y Corporación de Defensa de la Flora y Fauna (Codeff), quienes argumentaron que en el paso de la carrera de tuercas del año 2009 habían dejado unos cinco sitios arqueológicos destruidos, según consignaba el mismo Estado por medio del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).
El abogado Luis Mariano Rendón, de Acción Ecológica, explicó entonces que el recurso de protección incluía la solicitud de paralizar la prueba antes de que comenzara en Argentina, ya que “en la versión pasada el raid más duro del mundo dejó graves consecuencias ambientales para nuestro país”, manifestó Rendón.
Ni ese año ni los cuatro posteriores los recursos judiciales presentados para detener la destrucción del patrimonio común fueron admitidos, y todos fueron rechazados, abriendo el territorio nacional al paso de las tuercas en la competencia más peligrosa del orbe.
El año 2014 el recurso de protección presentado en contra del Instituto Nacional del Deporte -por permitir la destrucción-, terminó en la Corte Suprema en un fallo unánime de la Tercera Sala rechazando la acción cautelar por considerar que los recurrentes no demostraron cómo se verían afectados sus derechos con la autorización de la competencia. Esto debido a que no se pudo demostrar “un interés directo e inmediato en la protección de la garantía que invocan, razón por la cual carecen de legitimación activa para interponer este recurso de protección”.
Pese a que pasaba por el desierto florido, sitios patrimoniales, naturales de gran valor y territorios históricos, ni siquiera el gobierno solicitó que se realizara un Estudio de Impacto Ambiental, ni tampoco que se realizara una Consulta Indígena tras la ratificación del Convenio 169 de la OIT en relación a la voluntad de los pueblos indígenas presentes en la zona donde las ruedas marcaron para siempre el desierto.
Para el Colegio de Arqueólogos de Chile este certamen fue “un reguero de destrucción en el norte de Chile”, calcularon que “unos 250 sitios documentados han sido destruidos, es como si nos destruyeran miles y miles de libros de historia prehispánica e histórica, que son irreconstruibles, porque no son renovables”. En las primeras versiones se dañó irreversiblemente geoglifos y parte del Camino del Inca.
Lo más incomprensible es que el Estado debe pagar una alta suma de dinero para que el Rally pase por su territorio, algo totalmente ridículo si se toma en cuenta que paga para que pasen vehículos a toda velocidad rompiendo el patrimonio histórico natural. Bolivia, Perú, Argentina y Chile recibieron esta certamen, no así Ecuador que lo rechazó desde un comienzo.
Las acciones
El Colegio de Arqueólogos de Chile interpuso un recurso de protección el año 2013 que fue acogido y que pretendía que tras la resolución se efectuara un cambio en la forma en que se realiza el Dakar en Chile. Esto porque según los datos de dicho colegio, habían ese año unos 250 sitios arqueológicos destruidos, en base a estudios del mismo Estado, por medio del Consejo de Monumentos Nacionales. También los trabajadores portuarios interpusieron un recurso de protección por posibles daños en Valparaíso.
Otras acciones fueron presentadas en 2014 por el Colegio de Arqueólogos, Pueblos Originarios Unidos (POU), el Consejo Ayllu sin Fronteras del pueblo Lincanatay y la Fundación Patrimonio Nuestro apelaron a la Corte Suprema. Incluso se hicieron gestiones en el Ministerio de Educación con oficios presentados por el Consejo de Monumentos Nacionales, ya que esta repartición depende de la secretaría.
Todos los recursos fueron rechazados no pudiendo detener el Rally.
Sin embargo, la Ministra del Deporte, Natalia Riffo, confirmó este martes 7 de abril de 2015 que el próximo año las tierras del norte de Chile no están disponibles para esta competencia debido al desastre ambiental que se está viviendo tras los aluviones que agravaron la crisis ambiental de la zona. Lo que no pudieron las diferentes organizaciones, pudo la naturaleza.
Así tras años de diversas acciones y de creciente conciencia de lo perjudicial que una carrera de estas características tiene para el patrimonio y la historia del país, finalmente la Ministra de Deportes, Natalia Riffo, anunció que no pasará por Chile la siguiente versión del Rally. Tuvo que ser la naturaleza quien evitara más daños.
Así los suelos chilenos podrán descansar de la destrucción motorizada que nadie jamás indemnizará, y que además de dejar en promedio tres muertos por cada versión, Chile debía pagar una alta suma de dinero para ser parte de la carrera. El año 2014 el gobierno chileno pagó seis millones de dólares y el 2015, cuatro millones.
Asesinados por el Dakar
Según datos oficiales, de promedio se lamentan tres muertes por competencia, y desde 1979 son 64 muertos que ha dejado esta competencia de tuercas, siendo 24 pilotos de la competencia. Así se da cuenta en la revista Más Motor. No solo son pilotos o participantes de la competencia, sino también niños, niñas o personas que solo eran espectadores de la competencia o simplemente pasaban por ahí hacia su hogar.
En Argentina murió el 2009 el motorista francés Pascal Terry, de 49 añosen Argentina. Fue encontrado unas 48 horas después de su muerte. El año 2010 murió una joven espectadora argentina tras ser atropellada por el vehículo del piloto alemán Mirco Schultis; el 2011 muere un hombre en un accidente de tráfico al chocar con el automóvil del piloto argentino Eduardo Amor, que se dirigía al campamento del Dakar tras la décima etapa; el 2012 muere el piloto de motos argentino Jorge Andrés Martínez Boero, de 38 años, en un accidente en el kilómetro 55 de la primera etapa del Dakar, entre las localidades argentinas de Mar del Plata y Santa Rosa, Argentina.
El año 2013 en la frontera entre Perú y Chile mueren dos personas y otras siete quedan heridas en una colisión que se produjo entre dos taxis y un coche de asistencia del Rally Dakar a diez kilómetros de la frontera de Perú con Chile, adonde se dirigía la carrera. Además, el motociclista francés Thomas Bourgin (KTM) muere al estrellarse con su vehículo contra una patrullera de la policía chilena mientras disputaba la séptima etapa del Dakar 2013, entre la ciudad chilena de Calama y la argentina de Salta.
El 2014 el piloto de motos belga Eric Palante falleció en la quinta etapa del Dakar, entre Chilecito y Tucumán. El camión que recoge a los pilotos rezagados de la etapa del día anterior encontró el cuerpo sin vida de Palante en el kilómetro 143 del tramo.
Finalmente, el año 2015 el piloto polaco de motos Michal Hernik, de 39 años, muere durante la tercera etapa del Dakar, entre San Juan y Chilecito, en el kilómetro 206 de la Cuesta del Miranda, en la provincia de La Rioja, Argentina.
En las versiones africanas los muertos son los siguientes:
1979 el joven motociclista Patrick Dodin tras salirse de la pista en Agadés, Níger; 1981 el periodista de “Motosprint” Giuseppe De Tommaso y dos técnicos del equipo IVECO (Franco Druetta y Andrea Carisitres), Argelia; 1982 el motorista holandés Bert Oosterhuis, la periodista francesa Ursula Zentsch (“Le Point”) al volcar un camión de combustible en Gao (Mali) y un niño maliense atropellado por un vehículo de la competición. En 1983, el motorista francés Jean-Noel Pineau al ser atropellado en Uagadugu; 1984 fallece una mujer y su hija resulta gravemente herida tras ser embestida por un Ranger Rover, en Burkina Fasso; 1985 una niña nigeriana atropellada y el pasajero de un helicóptero en un accidente en Mauritania, en la víspera de la llegada a Dakar.
En 1986 muere el motorista japonés Yasuo Kaneko en un accidente en el tramo entre París y Sete, y el 14 de enero se produce un accidente al capotar un helicóptero que cuesta la vida de cinco personas en Gourma, Níger: Thierry Sabine, el cantante francés Daniel Balavoine, la periodista Nathalie Odent, el piloto suizo Francois-Xavier Bagnoud y el técnico de la televisión de Luxemburgo Jean-Paul Le Fur. Además, 48 horas después de finalizar la prueba muere el motorista italiano Giampaolo Marinoni, que había sufrido una grave caída en Dakar.
En 1987 muere el farmacéutico francés Henri Mouren al ser atropellado por un coche en la región mauritana de Kiffa.
Sies personas mueren en 1988, siendo el segundo año más trágico del Dakar. Mueren: El navegador holandés Kees Van Loevezij, en Djado, Niger; el francés Patrick Canado al chocar su Range Rover contra un Mercedes; una niña de 10 años muere atropellada por un vehículo que cruzaba una travesía de la ciudad maliense de Kita; también el motorista francés Jean Claude Huger, tras caer entre las localidades malienses de Tombouctou y Bamakomuere; finalmente, una mujer mauritana y su hija, perecen al ser arrolladas por un coche de prensa entre Mauritania y Senegal.
La nueva década dejó en 1990 sin vida al reportero y al ex piloto finlandés Kaj Salminen, quienes fallecen tras chocar su coche con un vehículo local en Mali; en 1991 el francés Charles Cabannes, piloto del camión de asistencia de Citroen, como consecuencia de los disparos recibidos en una emboscada en el pueblo tuareg de Kadaouane, localidad controlada por el ejército de Mali; en 1991-92 (París-Ciudad del Cabo): los franceses Laurent Le Bourgeois y Jean-Marie Sounillac, ocupantes del Range Rover de asistencia del equipo Duc de Boulogne, al volcar el vehículo en Sabah (Libia). El piloto francés Gilles Lalay (Yamaha) al chocar contra un vehículo de asistencia médica en la localidad congoleña Pointe Noire.
En 1994 el belga Michel Sansen al caer de su moto sobre una pista de arena en Nouakchott (Mauritania). También muere un niño senegalés al ser arrollado por un vehículo de asistencia; en 1996 muere el francés Laurent Gueguen, conductor de un camión participante Mercedes, al hacer explosión una mina abandonada entre Foum el Hasan y Smarra (sur de Marruecos). En la ciudad guineana de Tarembali, fallece una niña al ser atropellada por la moto del francés Marcel Pilet. El español Tomás Urpí, fallece en Tarrasa como consecuencia de las heridas sufridas al dar su coche varias vueltas de campana cuando se dirigía a su hotel en las proximidades de Rabat.
En 1997 mueren el francés Jean-Pierre Leduc al caer de su motocicleta KTM, entre la localidad senegalesa de Tambacunda y la maliense de Kayes; en 1998 cuatro personas mueren y tres resultan heridas en una colisión entre un taxi y un vehículo que participaba en la carrera, en el sur de la capital mauritana.
El año 2001 muere en la jornada inaugural muere un conductor ajeno a la prueba al colisionar su vehículo con el de uno de apoyo de la carrera en la localidad francesa de Montauban. Luego, fallece el mecánico del equipo Toyota Trophy Daniel Vergnes en un accidente cuando se dirigía a la localidad mauritana de Tidjikja.
En 2003 muere el copiloto francés Bruno Cauvy tras sufrir el Toyota, pilotado por Daniel Nebot, un espectacular vuelco entre Zilla y Sarir (Libia). El 2005 pierde la vida el motociclista español José Manuel Pérez, ‘El Carni’, muere el 10 de enero minutos después de ingresar en el hospital de Alicante, donde había sido trasladado desde Dakar tras ser intervenido de una caída grave el 6 de enero entre Zquerat y Tichit. El piloto italiano de motos Fabrizio Meoni, vencedor de las ediciones 2001 y 2002, como consecuencia de un paro cardíaco mientras disputaba la etapa entre Atar y Kiffa, en Mauritania. Muere una niña, de 5 años, atropellada por un camión remolcador en la ciudad senegalesa de Kebemer. Dos motoristas belgas del equipo de asistencia del piloto René Delaby (KTM), tras ser atropellados por un camión en los alrededores de la capital senegalesa.
El 2006 el piloto australiano Andy Caldecott (KTM), fallece en la etapa entre Nuakchot y Kiffa (Mauritania). El niño Bubacar Diallo, de 10 años, muere atropellado por el coche del letón Saukuns Maris a poco de iniciarse la etapa entre Lamé (Guinea) y Tambacounda (Senegal). Al día siguiente, un niño de 12 años muere atropellado por un camión de asistencia entre Tambacounda y Dakar.
En 2007 el motociclista sudafricano Elmer Symonds, de 29 años, fallece en el acto el 9 de enero al chocar contra el borde de un río seco, en la etapa entre Er Rachidia y Ouarzazate (Marruecos). El piloto francés Eric Aubijoux, de 42 años, fallece el 20 de enero de un paro cardiaco en el tramo entre las ciudades senegalesas de Tambacunda y Dakar.
Entonces, ¿Cuál es el beneficio para nuestro país?
Fuente: Semillas de Agua
Declaración de organizaciones rechazando el Rally Paris-Dakar en 2009
Ante la realización del denominado “Rally Paris Dakar”, en esta ocasión en territorios de Chile y Argentina, las organizaciones que suscriben declaran:
1.- Hoy la principal amenaza para la especie humana es la destrucción de las condiciones de vida en el planeta y en especial, el cambio climático provocado por la emisión de gases de efecto invernadero. Uno de los sectores que mayores emisiones generan son los vehículos motorizados. Por cierto, muchos se emplean en labores útiles. Otros, por desgracia demasiados, son sólo un consumo lujoso, causante de graves daños. Ante este cuadro, constituye un deber moral de primera magnitud, para con las actuales y las futuras generaciones, el abandonar precisamente aquellos patrones de consumo innecesarios y que son causantes importantes de esta catástrofe universal que nos amenaza. Así lo han declarado los gobiernos de la mayor parte de los países del mundo y líderes espirituales de las más diversas tradiciones.
2.- No obstante lo anterior, observamos una tremenda brecha entre las declaraciones gubernamentales y las políticas reales que se impulsan. Esta brecha se debe a la presión de aquellos intereses económicos que profitan de las formas de producción y consumo más dañinas. Un ejemplo muy claro de esto es la realización del “Rally Paris Dakar”. Este, en lo fundamental, consiste en una gran actividad publicitaria que fomenta el consumo de los vehículos que exhiben sus “proezas” en esta carrera. Ello genera su efecto en la mente de personas que sin mucha conciencia, pero con billeteras abultadas, adquieren estos vehículos y luego plagan con ellos los espacios naturales y también las calles de las ciudades.
3.- Los vehículos de doble tracción, o 4×4, son los vehículos que consumen mayores cantidades de combustible por pasajero/km/transportado; 40 veces más que el transporte público y 20 veces más que un vehículo privado diseñado para el medio urbano. Son también de mayor peso y volumen y por lo tanto constituyen un mayor riesgo para la seguridad vial. Sin duda, son juguetes caros y muy dañinos, que además se usan abusivamente en espacios donde no hay ninguna justificación para ello. Su consumo debiese ser fuertemente desincentivado. Pero por desgracia, dada la irresponsabilidad, frivolidad o falta de probidad de muchos gobiernos, vemos como se siguen permitiendo gigantescas promociones de ellos, como el “Rally Paris Dakar”.
4.- Chile es un país altamente vulnerable frente a las amenazas del cambio climático. Presenta siete de las nueve características establecidas internacionalmente como indicadores de vulnerabilidad ante este fenómeno. Casi como los países insulares, nuestro territorio puede sufrir impactos inmanejables. Como somos un país pequeño, nuestro aporte a enfrentar el cambio climático tiene que ver fundamentalmente con ser un símbolo del cambio cultural necesario para hacerlo. Tenemos el deber de ser un ejemplo. Por desgracia, no lo somos, y Chile es uno de los países que mayor aumento en la emisión de gases de efecto invernadero ha registrado a nivel mundial. Hoy, además, la frivolidad de nuestras autoridades hace que nuestro territorio se preste para ser escenario de la promoción mundial de prácticas destructivas.
5.- No podemos dejar de señalar que lamentamos también el rol del Gobierno francés en relación a esta promoción de la destrucción. Los países industrializados tienen las mayores responsabilidades históricas en haber generado el efecto invernadero. Tienen también mayores recursos y tecnología para enfrentarlo. El liderazgo del presidente Sarkozy había dado señales de entender la magnitud de los desafíos que el cambio climático presenta a la humanidad. Tristemente, en este caso, muestra como es también fácil pasto de los intereses de la industria automotriz y se constituye en impulsor oficial del Rally Paris Dakar, ahora en territorios latinoamericanos.
6.- Nuestra protesta también está motivada por los impactos locales de esta promoción automotriz. Será una verdadera horda motorizada, compuesta por cerca de 600 vehículos en competición, incluyendo camiones, más otros tantos de apoyo. Por donde pase, no volverá a salir jamás una brizna de hierba. Un fenómeno tan maravilloso como nuestro “Desierto Florido”, que demuestra que la vida late en esas arenas que muchos juzgan estériles, podrá ser dañado irreparablemente. El patrimonio arqueológico se encuentra igualmente amenazado. Por cierto que el riesgo directo para las personas también existe y en la realización de esta carrera en territorios africanos siempre han debido lamentarse muertes.
7.- Ante todo lo expuesto queremos manifestar nuestra voluntad de protestar frente a esta promoción de la destrucción llamada “Rally Paris Dakar”, cuando ingrese a territorio chileno. Llamamos a los sectores conscientes de nuestra ciudadanía a reflexionar sobre el verdadero significado de esta carrera y llamamos también a nuestro Gobierno a recapacitar y a no permitir que nunca más nuestro territorio sea considerado una mera cancha de pruebas para las industrias depredadoras. Los chilenos siempre hemos recibido con los brazos abiertos a los visitantes. Gustamos de mostrar la belleza de nuestros paisajes y las riquezas de nuestra cultura. Sin embargo, no es propio de nuestra dignidad el permitir que nuestra naturaleza sea vista como una simple pista de obstáculos, a ser superados por máquinas que representan precisamente, aquellas formas de consumo que la humanidad debe dejar de lado para sobrevivir.
Firman:
Red por la Justicia Ambiental y Social
Alianza por la Justicia Climática
Acción Ecológica
Acción por la Tierra
ATTAC
Centro Cultural, Social y del Medio Ambiente – CEIBO
Centro de las Culturas
Centro Ecocéanos
Consejo de Defensa del Valle del Huasco
Comité Nacional pro Defensa de la Fauna y la Flora – CODEFF
Comité Pro Participación Ciudadana de Pirque
Coordinación Anti- Pascua Lama Santiago
Defensores del Bosque
Defendamos la Ciudad
Feministas Autónomas
Instituto de Ecología Política – IEP.
La Comunidad para el Desarrollo Humano
Observatorio Ciudadano
Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA
Programa Radial Semillas de Agua
Red Ecológica de Chile
Buenas! Encontré este blog através de google y me parece que está muy
bien, lo he agregado a favoritos y volveré asiduamente
a leer lo que escribais